Devocional
Lucas 9:46-62
por Andrés Chinchín
“Y como Jesús le dijo: No se lo prohibáis; porque el que no es contra nosotros, por nosotros es” (Lucas 9:50).
En la oración del Padre Nuestro, el catecismo nos enseña en la primera petición, “santificado sea tu nombre”. Esto quiere decir que, aunque el nombre del Señor es ciertamente santo, nosotros debemos orar por que este se conserve así y sea atesorado en medio de sus seguidores—a través de sus vidas, testimonios, y enseñanza—, y de esa forma el mundo vea y crea en él.
Es así como en los lugares donde se predica y se honra el nombre y el poder de Dios, aun con cierta sencillez, Jesús es honrado. Tal como lo expresó el teólogo alemán, Bonhoeffer (1955), “No debemos interferir, sino permitir que el nombre de Jesucristo haga su trabajo…[aún] en nuestros días, Jesús ejerce un poder imprevisto…y siempre que se pronuncia su nombre es una protección, una afirmación [de su poder]” (p.59).
Para pensar:
¿En qué área de tu vida el nombre del Señor no está siendo enaltecido?
Oración:
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre…
Amén
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Referencias
Bonhoeffer, D. (1995). Ethics. New York, NY: Touchstone/Simon & Schuster. (Original work published 1949)