Devocional
Éxodos 34: 29-35
Por Andrés Chinchín
“Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios.” (Éxodo 34:29)
Charles Spurgeon escribió que “el rostro de Moisés brillaba debido al largo tiempo que había pasado contemplando el rostro de Dios”. Es interesante pensar que ni él mismo se había dado cuenta de su brillantez.
En la vida cristiana pasa de igual forma. Mientras pasamos tiempo con Dios, nos parecemos más a él y su luz brilla en nosotros sin que lo notemos.
Para pensar:
Deja que la luz de Dios brille en ti, mientras pasas tiempo con él, y para que así el mundo contemple su amor y verdad.
Oración:
Gracias Señor por tu luz que brilla en medio de las tinieblas. Ayúdame a ser emisario de tu nombre y permite que tu luz brille en mí, mientras más me acerco a ti.
Amen