Devocional
Deuteronomio 34: 1-12
por Andrés Chinchín
“Le dijo Jehová: Esta es la tierra que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá” (Deuteronomio 34:4).
Moisés había guiado al pueblo de Dios por el desierto, y mantenido la fe en medio de las muchas luchas. Sin embargo, su corazón no pudo pasar la última prueba de fe y obediencia, y es así como Dios no le permitió entrar a la tierra prometida, pero sí le permitió ver el cumplimento de la promesa que Jehová había hecho a sus antepasados.
Para pensar:
No es lo que hacemos, ni el grado de importancia o ministerio que alcancemos en nuestra vida lo que agrada a Dios, sino un corazón sumiso y obediente a su palabra.
Oración:
Jesús, gracias porque tú fuiste obediente a Dios hasta el fin, permíteme afirmarme en tu perfecta obediencia en fe y así entrar a la tierra prometida.
Amén