Devocional
Ezequiel 37:21-28
por Andrés Chinchín

 

“Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” (Ezequiel 37:27)

 

La restauración del templo de Dios es el pináculo de la predicación de los profetas. El templo representa el lugar donde Dios mora, y la intimidad que él comparte con su pueblo. Al restaurar el templo, Dios demuestra a su pueblo que pese a su desobediencia—la cual los llevó al exilio—, él está dispuesto a reanudar una relación con ellos. Esta relación es aún más profunda para nosotros en Jesucristo, pues el templo ya no es solo lugar, sino los creyentes.

 

Para pensar:

Somos el templo de Dios.

¿Qué cambiaría en nuestra vida y actuación si encarnásemos esa verdad? 

 

Oración:

Señor, gracias porque tu perdonas a tu pueblo y lo renuevas con una intimidad y un compromiso aún más grande que el primero. Ayúdame por favor a vivir de una forma que honre ese compromiso.

Amén