Devocional
Juan 2: 23-25
por Andrés Chinchín

 

“Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos; y no necesitaba que nadie le explicara nada acerca del hombre, pues él sabía lo que hay en el hombre” (Juan 2:24-25).

 

            En ocasiones nos podemos emocionar por experiencias extraordinarias, y por líderes carismáticos, y eso puede desviarnos de nuestro verdadero objetivo—el conocimiento de Dios.  Jesús sabía exactamente este peligro, y entendía que el hombre es muy débil y voluble, por esa razón el siempre mantuvo su firmeza y determinación pese a los elogios y alabanza de la gente.

 

Para pensar:

¿En qué áreas de tu vida pude dejarte deslumbrar por emociones y apariencias?

 

Oración:

Señor, gracias por tu amor y misericordia y por tu fidelidad en medio de nuestra volubilidad. Danos manos limpias y corazones firmes, para seguirte y amarte sin dejarnos engañar por las apariencias del mundo.

Amén